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Tuesday, January 1, 2019

La Colonia Española



Los archivos históricos indican que antes de 1805 existió en esta esquina formada por las calles Independencia (antigual Real) y Agramonte (antiguo Camino del Príncipe) una casa que fue destruida por un incendio. Luego este terreno se mantuvo vacío y ya en 1827 se alzaba en él una mansión de mampostería y tejas que había mandado a construir el acaudalado espirituano descendiente de españoles Francisco María Rodríguez-Gallo y Bernal-Pacheco.

En 1878 fue adquirida por José de Jesús García Abstengo y María de la Luz Echemendía Abstengo, quienes vivieron allí con sus hijos durante varios años hasta que en 1904 la permutan con la Sociedad de Instrucción y Recreo “Colonia Española”  por una vivienda ubicada en la antigua calle San Francisco #33 (actualmente el Hotel Colonial en la calle Máximo Gomez). En la parte alta de la edificación cuyo frente era por la calle Agramonte funcionó un colegio auspiciado por esa propia sociedad siendo su director el profesor Manuel de Jesús Villar.

Fachada de la casona que fue sede del Casino Español, luego Colonia Española, en su emplazamiento original donde hoy se encuentra el Hotel Colonial.

La flecha indica el techo de la desaparecida casona. La construcción con torre justo delante es la antigua ermita de San Juan Bautista, hoy Parque de la Fundación.

 
La flecha indica el techo de la desaparecida casona. La foto fue tomada desde la entrada de la antigua Ermita de Jesús de Nazareno.

La antes mencionada Sociedad de Instrucción y Recreo “Colonia Española” era sucesora del Casino Español, fundado en octubre de 1870 por miembros del Partido Integrista español; por tal razón cerró sus puertas al cesar la soberanía española en la  Isla y reapareció como institución que daba cabida a cubanos y españoles  aunque en su directiva siempre aparecían comerciantes y grandes negociantes  nacidos en  la península como Galo Rivacoba, Ángel Souto Grande, Manuel García Rubio, Gregorio Amézaga, Silvestre Rionda Fernández y otros.





La sociedad cultural decidió demoler la antigua casona y construir una nueva sede, cuya construcción se encomendó al reconocido maestro de obras Conrado Garau Gayá, natural de las Islas Baleares, quien también participó en otros proyectos de la villa espirituana, como la remodelación de la Iglesia de la Caridad, la clínica Los Ángeles y la portada del cementerio.

Construcción de la Colonia Española

La obra finalizada en 1926 fue la obra cumbre de Garau Gayá en la villa espirituana, y en su momento fue considerado uno de los mejores edificios de la ciudad. 



Independencia 1950. Al fondo, la Colonia

La institución se mantuvo  en el palacete hasta 1962 cuando fue nacionalizada y empezó a dar cabida a toda la población como Círculo Social Obrero Bernardo Arias Castillo.  En 1998 el local quedó clausurado luego de 37 años de explotación como tal a causa de su deterioro. Durante los nueve años siguientes, llegó a utilizarse incluso como estacionamiento de carretones y establo de caballos.





En marzo de 2007 el gobierno municipal la entregó a  la cadena TRD Caribe que, con un presupuesto de mas de un millón de pesos y el auxilio de especialistas, la restauran e inauguran como tienda recaudadora de divisas en diciembre del mismo año. La restauración fue de tal calidad que le valió la nominación al Premio Nacional de Restauración 2008.

En este video se pueden apreciar algunos aspectos de la restauración.









Es la muestra viva del capricho burgués y la especulación constructiva de marcada influencia ecléctica. Desde las calles aledañas que dibujan su estructura esquinera, el transeúnte no puede menos que reparar en la volumetría de gran riqueza ornamental, donde se reparten puertas y ventanas, balcones semicirculares desafiando el espacio, pilastras intercaladas entre los vanos, cornisas ricamente decoradas y un frontón de singular belleza con su torre-mirador coronada por sugerentes pináculos.





No solo la fachada exhibe la suntuosidad arquitectónica que la privilegia; los interiores también dejan ver abundante decoración en la yesería de los techos, en los estucos fijados a las columnas que imitan el mármol, los pisos de mosaicos y los mármoles de la gran escalera con su enorme espejo y el escudo de la ciudad. Conserva un conjunto de lámparas de gran valor decorativo y patrimonial, piezas encargadas para uso exclusivo de este edificio.













Las autoridades espirituanas pretenden que en el futuro la edificación recupere su uso original como centro de esparcimiento y recreo.







Fuente:
"Independencia que fue Real" María Antonieta Jiménez Margolles
Las Villas y Matanzas. Guía de arquitectura y paisaje.
Revista "El Fígaro" 1919
Boletín Cubarte Año 7 No. 26 del 26 de junio de 2007
Fotos de archivo

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