Calles y rincones de Sancti Spíritus de Cuba: ONAT

Tuesday, February 5, 2019

ONAT

Martí # 62, norte

Esta edificación que hace esquina a la calle Isabel María de Valdivia fue construida en el siglo XIX para residencia del matrimonio integrado por Félix Rodríguez Valdivia y Teresa de la Cruz González, quienes eran propietarios de fincas ganaderas, decenas de esclavos y varias casas en la ciudad.

Con exactitud, la mansión fue hecha después de 1846 y antes de 1855 pues sus dueños adquirieron tres casas antiguas en 1846, 1848 y 1849. Al dictar testamento en 1855 declararon que vivían allí y que la fabricaron a sus expensas. Entonces tenía un patio arbolado y un pozo.

Los citados fundadores de la familia tuvieron cuatro hijos: Ignacio, Félix, Antonio María y Jesús María. Solo el primero y el último llegaron al siglo XX, los otros fueron desaparecidos por el Gobierno español durante los primeros años de la Guerra de 1868 debido a sus ideas independentistas.

El inmueble fue heredado en 1889 por Ignacio Rodríguez, uno de los hijos de los primeros dueños, quien contaba entonces con 56 años y estaba casado con Valeriana de la Concepción Cruz García. Ambos fueron deportados a Isla de Pinos (hoy Isla de la Juventud), donde nació gran parte de su prole, de los cuales llegaron a la adultez Froilanda Severa, Ignacio Robustiano, María Teresa, Félix Gregorio y Cirilo Antonio, quien adquirió la casa por testamento en 1926.

Este a, su vez, le dejó la casa a su hija Teresa, conocida como Teté, la que en la década de 1950, decidió reedificar la crujía posterior con modernas estructuras. En ella vivió con la familia de su hijo Antonio Díaz, artista de la plástica conocido como el Pintor de la Ciudad y Pintor de los Tejados, ya que sus paisajes urbanos incluyen las cubiertas de tejas criollas.

Década del 80

Década del 90

En la parte que no fue transformada radicó primero una escuela primaria y, desde la década del 70 y por varias décadas, la escuela de enseñanza especial Teresita Gálvez, pero en la última década del siglo XX después de rehabilitada, la casona pasó a ser sede de la Dirección Provincial de la Oficina Nacional de la Administración Tributaria

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Constituida por dos crujías paralelas a la calle principal, con una galería a continuación, tenía dos martillos laterales y uno de cierre al fondo, que ya no existe pues fue reedificado.

Sus techos son de madera preciosa, con ranurado sencillo y tirante doble en la primera crujía.

En la fachada tiene cinco ventanas con rejas de barras lisas, tres de ellas están rematadas por conopiales de hierro.

Encima de la enorme puerta principal hay una pintura mural del escudo de la ciudad.

Un alero en gola compuesto, decorado con pintura al fresco, se extiende por todo el frente y el costado, lo cual permite evacuar las aguas hacia el exterior.