Segunda plaza pública más antigua de la ciudad.
Construida junto a lo que se sospecha fuera un asentamiento aborigen.
A finales del siglo XVIII, existían frente a la plaza tres cruces fijas —por el oeste— y una horca —en un lugar no determinado— destinada a castigos ejemplarizantes, las cuales le imprimían un carácter medieval.
Esta plaza se vinculaba por la antigua calle Real (ahora Independencia) con todo un sistema de plazas. En ella convergían ceremonias y peregrinaciones religiosas de fieles —procedentes de la Parroquial Mayor, por la calle Amargura (Pancho Jiménez)—, quienes con penitencias y rezos, esperaban el perdón de sus pecados y la vida eterna.
En 1819 la plaza era el sitio de reunión de mercaderes, y en ella se estableció la venta de carnes, verduras y frutas traídas del campo para el diario consumo. Luego de 1830, gracias a la reedificacion de la iglesia de Jesús Nazareno, contigua a la plaza, el área se tornó más atractiva para la vida residencial. Hubo de habilitarse una instalación para las operaciones del mercado, que pronto también resultó insuficiente.
Edificios señoriales se alzaron en torno a la plaza, algunos con amplios portales, y otros, solo con espaciosos patios interiores.
Festejos muy importantes ordenados por las autoridades locales al conocerse la proclamación del período constitucional o el reestablecimiento del absolutismo, hicieron muy animada la vida de esta área. Se mantenían, además, las actividades religiosas diarias en el templo.
Con la construcción de la Plaza del Mercado en Real esquina a Coco (donde aún se mantiene)en 1898 y la clausura del templo de Jesús Nazareno en 1908 se afectó la animación de la zona, no recobrada ni con la remodelación posterior, que comprendió el derribo de los portales ubicados al norte, el ensanchamiento y pavimentación de las calles circundantes y la construcción de un parque.
Durante el período republicano aumentó el desplazamiento poblacional hacia el norte de la villa, lo que motivó la pérdida de protagonismo de la sureña plaza.
En 1911 se cambió su nombre a Parque Honorato, en homenaje a Honorato del Castillo Cancio, insigne patriota espirituano. En el parque existe una tarja que describe tal nombramiento.
Fuentes
Rafael Perez Luna, Historia de Sancti-Spiritus
Ma. Antonieta Jiménez Margolles (Ñeñeca) - Historia de las construcciones espirituanas
Fotos de archivo
Fotos tomadas de Internet
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