Sede provincial de la Unión de Escritores y
Artistas de Cuba (Uneac),
antigua
residencia de la familia Carbonell – Mendigutía
Independencia (sur) No. 10, entre Avenida
de los Mártires y Honorato del Castillo
Juan José Carbonell Jiménez y su esposa María de las Mercedes
Vingut Carbonell, al dictar testamento en 1847 ante notario José María Serrano, destacaron sus
bienes entre los que se incluían tres casas, una de ellas, ésta de Real #39, de
mampostería y tejas.
Foto de c. 1910
De los siete hijos de este matrimonio,
Serafina de la Caridad heredó el inmueble al fallecer sus padres. Serafina casó
con el comerciante asturiano Ramón López-Rogina García y la hija de ambos,
María Amparo, a su vez, casó con Manuel José Mendigutía, de la reconocida
familia de Mendigutía, (cuya residencia principal era la vivienda sita en Cervantes esquina a Máximo Gómez, hoy Casa de la Cultura) con propiedades por toda la villa y activa participación
en los procesos independentistas del país, así como en la política.
Tanto la vivienda como sus propietarios gozaban de una ubicación privilegiada en la villa espirituana. Cuentan los descendientes de la familia que era costumbre en la época asomarse a las puertas y ventanas para ver pasar al General Valeriano Weyler en su camino del Ayuntamiento a la Plaza de Armas (parque Serafín Sánchez) cuando salía de campaña.
Tanto la vivienda como sus propietarios gozaban de una ubicación privilegiada en la villa espirituana. Cuentan los descendientes de la familia que era costumbre en la época asomarse a las puertas y ventanas para ver pasar al General Valeriano Weyler en su camino del Ayuntamiento a la Plaza de Armas (parque Serafín Sánchez) cuando salía de campaña.
La familia era gran amante y patrocinadora de las artes. Se conoce que en varias ocasiones acogió a la Estudiantina Espirituana en su salón para deleite de los presentes.
Estudiantina Espirituana
1915, sala de la casa de la familia López-Rogina Carbonell
Mimi Callejas, José Casanova Cañizares, Lorem Smith, Gustavo Quirós Fernández, Ofelia Mendigutia López, Lilia Casanova Cañizares, Cecilia Mencía, Anunciata Palacio, Estéfana Janet, Luisa Trelles, Rogelio Marín Mir, Armantina López Calleja, Fernando Madrigal, Carmen Trelles, Adriano Barbaglios.
El famoso músico cubano Claudio Brindis de Salas, apodado "el Paganini negro" estuvo en Sancti Spíritus a su regreso de Alemania a finales del siglo XIX como parte de una gira que hizo por todo el país. La presentación formal se hizo en la Sociedad el Progreso, pero antes de ello, el músico pidió un local y una dama que le acompañara al piano para ensayar sus presentaciones. Amparo López-Rogina Carbonell, excelente pianista, se ofreció acompañarlo, pese a la crítica familiar y social, y los ensayos se hicieron en la sala de la casona, a puertas abiertas, para que toda la villa pudiera disfrutar del genio musical de Brindis de Salas.
Claudio Brindis de Salas
Claudio Brindis de Salas
Algunas de las personalidades que
frecuentaban la vivienda en calidad de amigos de la familia fueron el ex
presidente José Miguel Gómez, nacido en Sancti Spíritus, gran amigo de Manuel José; y también Fulgencio Batista y el sindicalista Melanio Hernández pues Ricardo Ignacio Mendigutía López-Rogina, hijo de Manuel José y María Amparo, fue un destacado abogado que se postuló (sin éxito) a la alcaldía de Sancti Spíritus en 1940 por el partido Coalición Socialista Democrática, liderado por Batista y también era el abogado del sindicato del Central Tuinucú, donde Melanio Hernández era jefe de sindicato.
José Miguel Gómez
Ricardo Ignacio Mendigutía falleció en esta casona en 1979. Tres de sus cuatro hijos ya habían emigrado a Estados Unidos en ese momento. El menor de estos hijos, quien heredara el inmueble luego del fallecimiento de su padre, fue el último en emigrar, en 1981.
La casa pasó al estado cubano y se remodeló en
1982, con proyecto de los arquitectos José Losada y Roberto López Bastida. En ese entonces fue convertida en oficinas
para la Empresa Turística de Sancti Spíritus, pero se tuvo especial cuidado de
no afectar los espacios originales y por ello, mediante panelería ligera, se
lograron la cantidad de locales requeridos.
Permaneció allí tal entidad por
casi una década hasta que nuevamente se reacondicionó para entregarla al
Sectorial Provincial de Comercio en 1993 bajo la dirección del arquitecto
Roberto Elizalde Hernández y de los técnicos Javier León y Luís Alberto
Jiménez. Los trabajos incluyeron resaneamiento de paredes y carpintería,
reparación de servicios sanitarios, alacena y salón de reuniones, ambientación
del patio y fileteo de muros en las primeras crujías.
En el 2001, cuando se
trasladó el Sectorial de Comercio para otra parte de la ciudad, se entregó a la Unión Nacional
de Escritores y Artistas de Cuba
(UNEAC), que todavía ocupa el inmueble.
La edificación cuenta con un solo nivel con
alto grado de integridad.
Su cubierta, muy bien conservada, es de
madera preciosa y tejas criollas. El alero es de gola compuesta y cuenta con
decoración muy sencilla, no visible en la actualidad.
La fachada presenta vanos adintelados: uno para el acceso principal ocupado por una puerta española majestuosa, otro por una accesoria, y dos ventanas con persianas francesas y lucetas superiores con rejas de hierro fundido con balaustrada redonda.
Bajo la dirección del maestro de obras José
Manuel García (conocido como Pepe Trelles) en 1918 se efectuó una remodelación
del inmueble, que conservó los muros de la parte posterior, construidos en el siglo
XVIII, y cambió las cubiertas de madera de la segunda y tercera crujía por
losas de hormigón con detalles decorativos interiores de yeso que estaban de
moda, incluyó columnas de hierro de la Fundición A Velo de La Habana en el
patio; instaló cielo raso de listones y rejilla de madera para ocultar los
techos de madera originales y también conservó la carpintería, con inclusión de
mamparas de madera y cristal, además de lucetas de figuras
geométricas que, al final de la tercera
crujía formaban el número 1918.
Cuenta la familia que aproximadamente en 1906 llegó a la villa espirituana una comisión militar estadounidense cuyo objetivo era el control y erradicación de los mosquitos. En aquel entonces la casa contaba con un cuarto de servicio al fondo del patio, en la galería derecha, donde no había inodoro, sino un excusado, como era usual en la época. Uno de los miembros de la comisión inspeccionó la casa acompañado de un traductor y ordenó a Manuel José Mendigutía que instalara un inodoro en el cuarto de servicio pues así lo exigían las nuevas medidas sanitarias. De esta manera, la vivienda fue una de las primeras de la villa en modernizar las instalaciones sanitarias de sus empleados domésticos.
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Luego de ocupar el inmueble, la UNEAC en distintos momentos ha hecho
intervenciones constructivas en la casona tratando de proteger sus valores,
pues es un marco apropiado de sus
constantes actividades para enriquecer el ambiente cultural de la
ciudad; entre los elementos añadidos por esta institución se encuentra un
pequeño mural contemporáneo ubicado en la fachada, obra del artista Félix
Madrigal, que expone elementos del arte universal.
El patio interior está rodeado por galerías,
y cuenta con mesitas decoradas con obras de artistas de la plástica de
la provincia, entre los que se encuentran Luisa María Serrano (Lichi), Luis
García Hourruitiner, Antonio Díaz, entre otros.
FUENTE:
"Calle Independencia, que fue Real", Maria Antonieta Jiménez Margolles y Javier León Valdés
"Guía de arquitectura y paisaje de Las Villas y Matanzas"
Archivo privado familia Mendigutía Martín
Fotos de archivo
Fotos de Arturo Delgado Pruna
Esa noche que el famoso pianista Claudio Brindis de Salas, asistio a mi casa a ensayar con Maria Amparo Lopez Rogina de Mendigutia coincidio con el nacimiento reciente de un sobrino de mi abuela Maria Amparo el bebesito lloraba y lloraba y no podian comenzar los ensayos, el gran pianista dijo jugando: "Ustedes veran como se duerme", saco un violin de su estuche y comenzo a tocar las notas de una cancion de cuna, y el bebe se quedo rendido, a lo que mi tio Felix Mendigutia le dijo, lo voy a bautizar con su nombre en agradecimiento, y efectivamente, al bebe lo bautizaron con el nombre Felix Claudio.
ReplyDeleteMuchas gracias por la anécdota!
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