Las primeras noticias que tenemos de la celebración de corridas o festejos de toros en Cuba, según el fraile dominico Bartolomé de las Casas, se remontan a 1514, el día de Corpus Christi, con la participación de un tal Salvador, vecino de la villa de Bonao (República Dominicana).
Fr. Bartolomé de las Casas
Estos primeros festejos de toros se efectuaban en cualquier plaza de pueblo, debido a la no existencia de plazas de toros, que no llegarían a edificarse hasta 1769 en que se construyó la primera plaza en La Habana. Tanto los toros necesarios para esas corridas, como los toreros intervinientes, a lo largo de la vigencia de los toros en Cuba, tenían que ser importados de España, al igual que los toreros, para que se pudiesen celebrar aquellos festejos taurinos.
Cartel promocional para una corrida de toros en La Habana. 1854
Sancti Spíritus no era inmune al espectáculo taurino. La primera corrida de toros se celebró en una plaza provisional, ubicada en los terrenos delimitados por las calles Céspedes, Avenida de los Mártires y Martí. En esta corrida, con fecha del 1 de julio de 1850, participó el torero mexicano José Vázquez y su esposa, apodada “La Pepilla”, con Cenobio como picador y un andaluz de apellido López, según relata una crónicas del rotativo “El Fénix”. Otras dos corridas se dieron el 11 de agosto y el 8 de septiembre de 1850, donde participó la misma cuadrilla de toreros mexicanos citada. Dos años después, el 7 de septiembre de 1852, se anunció públicamente la presentación de la cuadrilla de un torero conocido como el Tío Juan.
Luego se construyó una plaza permanente, ubicada al final de la calle Manolo Solano (antigua Cadena) en lo que hoy se conoce como Acueducto Municipal (antiguamente conocido como Acueducto de Gutiérrez en honor a un benefactor de la villa). Se carecen de otras pruebas documentales vinculadas con la tauromaquia hasta marzo de 1864, fecha en la cual José Sánchez, El Niño, toreó en la mencionada Plaza de Gutiérrez, en Sancti Spíritus.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, en Sancti Spíritus se toreaba en cualquier época del año, pero en diciembre eran más frecuentes las corridas para acompañar las festividades asturianas, que se hacían en el área del Acueducto Municipal.
Como es de suponer, los espectáculos eran organizados y financiados por hacendados, comerciantes y otras personas pertenecientes a las clases pudientes.
El 18 de noviembre de 1894 se apoyó desde El Fénix la supresión de las corridas de toros en Cuba hasta la prohibición absoluta y definitiva del espectáculo taurino en 1899, mediante orden No. 187 firmada por el gobierno de intervención norteamericano el 10 de octubre de ese año.
El domingo 3 de febrero de 1895 tuvo lugar una de beneficio y despedida de la cuadrilla, también en la Plaza de Toros del Acueducto, en horas tempranas de la tarde.
Prueba de la posterior prohibición de estos espectáculos está en dos artículos publicados en 1923, en El Fénix. El primero de ellos narra las acciones impulsadas en La Habana el 30 de abril del mencionado año por un fuerte movimiento feminista que se oponía a un posible restablecimiento de las corridas de toros.
También contribuyó a su desaparición el hecho de que la Plaza de Toros de la ciudad, construida en 1894 por la comunidad asturiana, sobrevivió muy poco tiempo a causa del estallido independentista acaecido un año después.
La antigua plaza de toros cayó en el olvido, y en sus terrenos se construyó una vivienda y un almacén.
Estructuras existentes en la actualidad en los terrenos que ocupara la plaza de toros
http://www.losmitosdeltoro.com/?p=2253
http://www.fenix.co.cu/ss/ss1207935.htm
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